Así como el fuego es representado por un triángulo o pirámide, la tierra representa el cuadrado o cubo, ya que sus cuatro lados propician una base segura para empezar a crecer.
Con el fuego inició el deseo por vivir, en la tierra materializamos nuestros sueños y metas.
Cada religión tiene en común la transmisión de narraciones milenarias con el fin de transmitir su cosmología del mundo y el hombre, es decir, la forma en la que ven al mundo y cómo creen que empezó. La cosmología está impresa en narraciones, estas son transmitidas principalmente de manera oral, así fue por miles de años. Conocemos la tradición del antiguo testamento en la que dios creó la tierra en siete días, pero el Hinduismo tiene otra historia, ellos creen que Vishnú, uno de sus principales dioses, tiene una forma tanto líquida como física. Para ellos la tierra y todos los planetas son mitad agua, en el caso de la tierra es mitad océano, en esta agua está recostada otra forma de Vishnú, el cual está acostado sobre la serpiente divina Ananta Shesha, hasta acá podríamos encontrar una remembranza al nacimiento, estamos dentro de una esfera mitad agua (líquido amniótico) y mitad tierra (el bebé), y la serpiente es el cordón umbilical.
En el ombligo de Vishnú se forma un lago, y sobre ese lago nace una flor de loto. Cuando la flor se abre, de su centro nace el dios Brahmá, el dios creador. Retomando el ejemplo anterior, podríamos inferir que el ombligo, que es el punto medio entre el Chakra Sacro y el Plexo Solar, es un punto energético muy importante, del cual nace el poder de creación, creamos nuestra realidad, materializamos nuestra energía en torno a las creencias que tengamos sobre la tierra, sobre nosotras mismas y nuestro poder, nuestro fuego.
Me gusta pensar en las personas como plantas, venimos al mundo como una semilla, pero no sabemos de qué. Nuestros padres nos cuidan y nos enseñan a cuidarnos, mientras descubrimos que planta somos, cuáles son nuestros frutos, nuestros poderes. Las plantas necesitan una tierra firme, ni mucha agua (emociones) ni muy poca, ni mucho sol (estructura) ni muy poco, ni muchos nutrientes (información, condicionamientos sociales), ni muy pocos.
La vida es un constante mantener el equilibrio, los efectos de tenerlo todo y no tener nada son igual de perjudiciales para el desarrollo de los sujetos y de todo.
Si bien somos materia, nuestro cuerpo es un compuesto. La tierra la encontramos en nuestros huesos, en nuestros dientes que son la transmisión más pura y ancestral de información, por eso cuando les duela una muela busquen la biodecodificación de la pieza dental y lean con atención.
La base de los huesos es el calcio, mucho calcio son problemas de piedras en lugares que no deberían estar, como riñones, vejiga, etc. Poco calcio en huesos débiles, dolor en los huesos, en las articulaciones, todo nuestro tejido, problemas en la espalda. Con respecto a la espalda, los dolores en la parte baja son emociones acumuladas, en la espalda media es exceso de acción, dolor en la espalda alta son todas las cargas que hemos asumido consciente o inconscientemente.
Nuestra tierra, nuestro continente es nuestro cuerpo, gracias a el podemos desplazarnos y mantenernos en todos los niveles, no solo económicamente, sino mental, emocional y energéticamente. Así mismo, tu cuerpo no te delimita, no todos los cuerpos son y trabajan iguales y eso está bien, honrar la tierra es honrar tu cuerpo, aceptarlo y amarlo tal cual es hoy, y reconocer que si hay algo que no nos gusta lo podemos mejorar, no solo en aspecto, sino, si tengo problemas de estreñimiento cambiar mis hábitos por unos que sean más amables con mi cuerpo.
Los signos de tierra, Tauro, Virgo y Capricornio representan la estructura, voluntad y constancia, el deseo por crear y transformar la materia.
Esta energía mal aspectada se refleja en personas poco flexibles, muy ambiciosas, demasiado materialistas y demasiado pesimistas. Tauro es la primera tierra, ese bosque virgen, lleno de vida y de diferentes formas de ser y vivir, son los deseos más primitivos, nuestras primeras experiencias que nos generaron placer y displacer, es justamente en los primeros años en donde debemos tener más contacto con la tierra para así poder estimular nuestros sentidos y despertar el deseo por descubrir. El siguiente signo es la tierra trabajada, Virgo, la tierra labrada, a la cual le hemos dedicado tiempo y energía, por lo tanto, implica un compromiso no solo con la tierra sino con uno mismo, y este compromiso representa a este signo, le encanta el orden y la belleza que parte de la transmutación de la energía de vida en la materia mundana. Por otro lado, Capricornio son las montañas y cordilleras, es esa tierra indomable, es la magnitud y la prueba máxima de voluntad y fe, por esta razón el alpinismo saca a flote la resistencia humana, es la dominación del espíritu sobre la materia. Los monjes budistas pueden pasar meses sin comer ni beber meditando en las montañas más altas, logran por medio de la respiración reducir al máximo su metabolismo, han logrado dominar la montaña, su cuerpo. Pero eso han decidido hacer ellos, personalmente creo que el poder dominar nuestros deseos y diferenciarlos para saber cómo hacerlos trabajar a nuestro favor ya es un gran trabajo, Capricornio logra crear empresas, imperios, ciudades!
“Sé humilde, pues estás hecho de tierra. Sé noble, pues estás hecho de estrellas”
-Proverbio Serbio
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