El agua es el elemento vital, podemos resistir tiempo más sin ingerir comida, que sin ingerir agua, más de un 70% de nuestro cuerpo es agua.
El agua representa el mundo de las emociones, es un elemento receptivo, de energía Yin.
Es por esta razón que el útero se llena de líquido amniótico, llegamos al mundo a través del agua. Las emociones recorren el cuerpo, como la sangre, pero así mismo son pasajeras, transmisoras de información. El agua es un elemento transmisor, de vida y energía, unas aguas turbias necesitan moverse, y aguas muy rápidas puedes llevarnos a lugares desconocidos.
La importancia de mantenernos hidratadas no es algo netamente físico, sino también emocional, el agua calma el cuerpo, lo hidrata, y ayuda a que las aguas de nuestro cuerpo circulen, fluyan y no se estanquen. Cuando las aguas se estancan, como están llenas de organismos y elementos, se empiezan a descomponer, el ritmo de la vida es fluido y lleno de cambios, cuando lo interrumpimos quebramos ese ritmo, y las cosas se empiezan a acumular. Así mismo, si nuestras aguas corren muy rápido, nos controlan, y empezamos a reaccionar y no a responder, nos sentimos como un barco de papel en medio del mar, sin un timón y sin voluntad, siendo llevados por nuestras emociones, no siendo conscientes ni responsables de nuestros actos, palabras ni pensamientos.
Es por esta razón que debemos prestar atención a nuestras emociones, pero no darlas por hechos, ellas sólo transmiten información, y nosotras desde nuestro lugar de calma decidimos que hacer con esa información, sintiendo para estar ubicadas en el presente, porque sólo así dejamos de reaccionar, las personas que suelen reaccionar son quienes viven en el pasado, en su zona de confort.
El agua se centra en el segundo Chakra, ahí se encuentra el útero, que como explicamos previamente, es un recipiente de vida y agua. También están los intestinos, nuestro cerebro emocional, el cual acumula la mayor cantidad de agua en el cuerpo, para así poder procesar los alimentos. Desde este lugar sentimos y conectamos con nuestros instintos, es por esta razón que las emociones pueden sentirse tan reales, pero eso sucede cuando las pensamos, si solo nos dedicamos a sentirlas las usaremos como una guía, no como una verdad absoluta.
Los signos de agua, Cáncer, Escorpio y Piscis representan el mundo emocional, el conectar con uno mismo y con el todo, el saber que no estamos solos.
Cáncer es el primer signo de agua, el cangrejo que habita su propio hogar, esa sensación de satisfacción y placer absoluto que tenemos por 9 meses mientras estamos dentro de la barriga de nuestras madres, su aprendizaje es reconocer que nuestro primer hogar somos nosotras mismas, y que tenemos todo lo que necesitamos para crecer en nuestro hogar. Esta energía mal integrada es característica de personas que les gusta estar en relaciones simbióticas, les gusta fundirse ya sea con sus amigos, familia o parejas, se pierde y mimetiza con el otro, personas muy necesitadas de afecto, dependientes.
Si Cáncer es este arroyo de agua donde la vida crece, esa placenta y lugar seguro, Escorpio representa las aguas profundas, esas aguas que no vemos pero que se expanden por debajo de la tierra, llevando vida a lugares no imaginados, es la sangre, lo que nos alimenta inconscientemente, lo que nos conecta con la intuición. Una energía de Escorpio bien integrada es gente con una intuición fuerte, personas que saben su valor y que no andan con prejuicios sino confiando plenamente en ellas mismas. Esta energía no integrada son personas que se victimizan, que buscan constantemente culpables y responsables externos para justificar sus actos, sus creencias y pensamientos, personas desconfiadas y traicioneras.
El último signo de agua, Piscis, representa al mar, es el último de los doce signos del zodiaco, y nos recuerda que todos somos parte de este océano que llamamos humanidad, tanto los que estamos ahora como los que estuvieron y los que vendrán pertenecemos al inconsciente colectivo, nuestra energía se ha materializado en este mundo, en algún tiempo y espacio en concreto, pero compartimos esa experiencia humana. Esta energía bien integrada son personas capaces de unir grupos de personas, pueden ver lo que une a la gente por encima de lo que los divide, comprenden y conectan con todos los seres, su sensibilidad y vulnerabilidad son sus herramientas de vida que le permitan comprometerse con grandes causas y soñar por un mundo mejor. Así mismo, esta energía no integrada es característica de personas que no se comprometen con nada, que no terminan nada, que están tan inmersas en sí mismas que no pueden conectar con nada ni con nadie afuera, viven en su mundo.